La espectacular cita tuvo lugar en Alberobello, una localidad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco con cientos de edificios de tejados cónicos, tan pintorescos que parecen un escenario de película

Realidad y artesanía: así fue el pintoresco desfile de Alta Moda de Dolde & Gabbana en Apulia
En la primera noche de las festividades que compusieron la Alta Moda de Dolce & Gabbana en Apulia, en el talón de la bota de Italia, Helen Mirren habló de la flora autóctona. La actriz y residente local señaló que algunos de los olivos de la región son tan antiguos, o incluso más, que el Coliseo de Roma. La famosa estructura romana lleva un par de milenios en el negocio que tan bien manejan Domenico Dolce y Stefano Gabbana, pero su firma, con 40 años de edad, es otra institución italiana a su manera: colorida, orgullosa y arraigada en la familia y la tradición, pero también muy viva en el imaginario popular.
Pocos meses después del décimo aniversario de la Alta Moda, celebrado en Sicilia el verano pasado, se ambientó allí la segunda temporada de The White Lotus. En el primer episodio, la actriz Jennifer Coolidge baja del barco con aires de diva enfundada en un conjunto floral con silueta reloj de arena de Dolce & Gabbana. Aunque ella no llega a encontrar nunca su dolce vita soñada, eso no impidió que los turistas se acercasen en masa hasta allí en busca de su dosis de glamour junto al mar. Si este verano tampoco puedes reservar una habitación de hotel en la isla, échale parte de la culpa a los diseñadores.
Este año, sin embargo, se han propuesto contar una historia italiana diferente. No se puede calificar de humilde un evento de cinco días en el que clientas de alto poder adquisitivo de todo el mundo se congregan para pelearse por vestidos de cinco y seis cifras, pero al igual que otros diseñadores en este momento de caos e incertidumbre mundial, Dolce y Gabbana han sentido atraídos por símbolos que apelan a la realidad.
Una multitud vip, de Venus Williams a Kim Kardashian, se congregó en Alberobello para celebrar la Alta Moda
Invitados como Venus Williams, Christian Bale, Erling Haaland, Kris y Kim Kardashian, y unos 500 más, acudieron a Apulia, que además de albergar los olivos más antiguos del mundo es conocida como uno de los dos grandes graneros de Italia (el desfile Alta Moda se celebró en Alberobello, un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por sus cientos de trulli, edificios en piedra con tejados cónicos del siglo XIV, tan pintorescos que parecen el decorado de una película). Y a tal fin sus artesanos locales se apostaron en las estrechas calles elaborando a mano orecchiette, tejiendo cestas de paja, trabajando el cuero en forma de bridas e incluso tallando juguetes para niños con hojas de cactus.
«Esto es el cielo de Instagram», declaró un compañero mientras recorríamos una calle empedrada a la hora mágica. La marca sustituyó el asfalto local para la ocasión en un intercambio de buena voluntad, pero en la rueda de prensa previa al desfile, Gabbana lo dejó claro: «Esto no es una pantomima, queremos mostrar la realidad». Dolce, por su parte, lo calificó como “el desfile más auténtico de nuestras vidas” y amplió la idea: «Es ropa para cocinar, pero en plan Alta Moda, ¿por qué no?».
Los dos delantales en los que se fijó este crítico en particular parecían cortados en crujiente seda negra, un tipo de tejido sobre el que quizá nadie se arriesgaría a derramar salsa de tomate. Pero sí es cierto que los diseñadores se inspiraron en la artesanía local. La primera modelo llevaba un enorme sombrero de paja barnizada con la forma cónica de los trulli y había corsés de cestería y conjuntos de lencería confeccionados con blondas de ganchillo. Las piezas más elaboradas del desfile eran capas y faldas compuestas de intarsias de muchos tejidos diferentes que representaban las calles montañosas y la arquitectura única de Alberobello. También me impresionó una capa color marfil tejida no con paja, sino con finas tiras de seda duchesse y mikado.


Fuente: Vogue España
POR NICOLE PHELPS
TRADUCIDO Y ADAPTADO POR ESTHER GIMÉNEZ